Orejas
Las orejas son un punto muy sensible, tanto para mujeres como para los hombres, y aunque no lo creas unas caricias, besos e incluso mordiscones en los lóbulos de las orejas pueden llegar a ser muy excitantes. Definitivamente, no debemos olvidarlas en el juego previo.
Cuello
A ellos también les encantan, pues el cuello tiene muchas terminaciones nerviosas sensibles a los estímulos, sobre todo el área de la clavícula y la línea donde comienza el cabello. Lo ideal combinar dos movimientos: acaricia el cuello mientras mordisqueas suavemente el lóbulo de sus orejas y lo enloquecerás.
Escroto
Yendo más hacia abajo y acercándonos a los genitales, tenemos una de las zonas erógenas masculinas más importantes: el escroto. Recuerda que las caricias deben ser suaves (usa la yema de tus dedos) porque los testículos y el saco escrotal en sí son extremadamente sensibles.
Perineo
Con simplemente presionar el área del perineo con la yema de los dedos se puede inducir o retomar una erección. El perineo es la zona que se encuentra entre el pene y el ano, o en otras palabras, la parte posterior del escroto.
Glande
Es la zona erógena del hombre por excelencia, y bien estimulada, da un placer intenso. En algunos hombres es más sensible que en otros, así que consulta a tu pareja de qué manera le gusta más el sexo oral para que tu desempeño sea exitoso.
Pectorales
Aquí puedes hacer de todo: besar, lamer, succionar, acariciar, masajear. Comienza suavemente y luego incrementa la intensidad. Mira su reacción. Luego, baja hacia la parte de los abdominales bajos, entre el ombligo y la pelvis, otra gran zona erógena, pues los estímulos allí conducen el flujo de sangre hacia la pelvis y van creando más tensión sexual.
Mente
Las zonas erógenas no solo son aquellas sensibles al tacto. También podemos excitarnos sexualmente con otros sentidos, principalmente la vista y el oído. Los hombres son muy visuales: ya con ver a su chica en ropa interior, y encima excitada e imaginando lo que se viene, los vuelve locos. Más aún, si tomas la iniciativa y le susurras al oído alguna frase hot. Según Barbara Bartlik, doctora y terapeuta sexual de Nueva York, cuando la mente "se enciende", también se enciende el cuerpo en respuesta.
Fuente: iMujer.com
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